lunes, 15 de febrero de 2010

La figura del terapeuta: la formación de los profesionales en Psicoterapia Transcultural.

Ricardo Caronni
Psychologue spécialiste en psychothérapie FSP
(Fédération Suisse des Psychologues)
PLURIELS, centre de consultations et d’études ethnopsychologiques
Genève, Suisse


Quizàs deberia decirles antes cómo estàn constituidas y distribuidas las consultas en
PLURIELS, centro de consultas y de estudios etnopsicológicos.

En 2004 recibimos personas de 60 nacionalidades diferentes pertenecientes a 6 regiones de
conflicto del mundo o salientes de conflictos. El 40% de los consultantes son hispanófonos
(que constituyen la « nueva » migración en Suiza). El 25% son emigrados forzados
(solicitantes de asilo con distinta « suerte ») y 75% emigrados voluntarios o de zonas no
declaradas conflictuales y/o de grave depresión económica. Totalizamos 295 tratamientos
con 310 personas entre familias, individuos y parejas con 1824 horas de consulta màs 99
horas honorarias de psiquiatras colaboradores y 813 horas de actividad psicosocial,
directamente vinculadas a la clínica. De estas actividades psicoterapéuticas, 176
tratamientos (el 60%) se desarrollaron en otro idioma que el francés y si bien los miembros
del equipo hablamos entre 2 y 3 idiomas otros que el francés, recurrimos a intérpretes en el
caso del àrabe, bosnio, serbocroata, iraní, lingala, tagalog, turco y otros idiomas.

Somos 6 psicólogos a tiempo parcial (entre 60 y 12 % de actividad) y todos tenemos otra
actividad laboral y dos psiquiatras ad honorem, que intervienen a nuestra demanda y que
tienen a su cargo muy pocos tratamientos en nuestros locales.

La mayoría de los consultantes tienen entre 20 y 40 años y aproximadamente hay dos
consultas de mujeres por cada una de hombres. Un 42% son trabajadores y un 22%
estudiantes. El resto se distribuye entre personas en paro, en seguro de invalidez, refugiados
sin estatuto laboral, turistas, funcionarios o empleados de pasaje por Ginebra. En cuanto a
su estatuto legal : el 32% son « indocumentados », « sans papiers », es decir, clandestinos,
en su gran mayoría, mujeres. Es la nueva migración proveniente de América Latina.

Los motivos de consulta invocados por los pacientes en la primera consulta son, en orden
decreciente de frecuencia : problemas de pareja, problemas de integración/adaptación,
depresión, ansiedad y angustia (separación de la familia y de los hijos), problemas de
familia, pérdidas y duelos por fallecimientos, problemas psicosomàticos, PTSD
(desordenes postraumáticos), violencia física y psicológica sufridas, violencia y/o abuso
sexual, búsqueda de apoyo psicológico para resolución de situaciones vitales, dificultades
de estudio y escolares.

Todos los profesionales de PLURIELS tenemos una prolongada formación clínica de
diversas raíces teóricas (psicoanálisis, teoría de sistemas, gestalt y cognitivismo) y de
ejercicio profesional. Tres de nosotros somos reconocidos como « especialistas en
psicoterapia » por la Federación Suiza de Psicólogos, uno como especialista en urgencias y
emergencias psicológicas por la misma Federación y los dos restantes estàn en formación
avanzada.
En el tratamiento de las proteicas y múltiples problemáticas de la migración a cargo de
muchas instituciones y personas, hay una especie de contrapunto entre lo « social » y lo
« clínico » y muchas veces podemos observar actitudes de escepticismo de un lado hacia el
otro en cuanto al valor de los modelos y las modalidades y « dosis » de las intervenciones
de un lado y del otro.

En realidad son territorios de reflexión e intervención que constantemente se superponen y
extremadamente necesarios y complementarios el uno y el otro.
« Sabemos que se debe » favorecer la asociatividad y el gregarismo y evitar el aislamiento y
la soledad (Sluzki y los circulos relacionales, Berry, otros).

Desde la clínica coincidimos con Derek Summerfield, psiquiatra inglés contemporáneo
especializado en pacientes migrantes en su país, en que « la migración en si no es una
patología » ( !) pero entendemos que en cualquier transcurso migratorio el grupo o el
individuo aumentan su exigencia de esfuerzo psíquico (y aun físico) y por ende de
fragilización simplemente en una manera diferente a otras exigencias de la vida a las que
podrían exponerse igualmente en una situación de sedentarismo.

Aun con amplio apoyo social y reconocimiento de estatuto legal (es decir, CON papeles, en
sus tantas variantes...) el shock cultural produce sus efectos múltiples. SIN papeles los
efectos del shock son, sin duda, mucho màs intensos.

Mi colega, y a la vez uno de los fundadores de PLURIELS hace 10 años, Alfredo Camelo,
produjo un « diagrama de flujo » del proceso de inserción/adaptación/integración que
puedo transmitirles y que resulta bastante útil como referencia de qué momento del proceso
de migración estamos atravesando con el consultante de que se trate.
Esta noción de « etapas psíquicas» en el proceso migratorio nos resulta operativa en
cualquier tipo de motivo de consulta de que se trate. (Ver « motivos invocados en la
primera consulta »).

Del terapeuta, se requiere entonces una sólida formación general en algún modelo de
intervención de psicología clínica a la vez que una gran flexibilidad y disposición para
escuchar y aprender de otros modelos.
Es necesario mantenerse en formación personal y en consulta de equipo clínico
permanentes. Y recurrir sistemáticamente y con regularidad a una supervisión individual o
grupal externa al equipo de trabajo.

Lo que no se puede, pero verdaderamente NO SE PUEDE, es saber todo sobre la cultura
del otro. Siempre lo que sabemos es « algo » pero jamás « todo ». Aunque hayamos estado
mucho tiempo en el eventual lugar de proveniencia del consultante. Nuestra « maquina de
percibir » viene armada de otra manera y acomoda y construye la realidad de ESA manera.
Entonces una forma de producir y sostener la relación y la alianza terapéuticas que « hace
de necesidad virtud », es averiguarlo preguntàndole al otro y a ese espacio utilizarlo como
aprendizaje recíproco, disminución de la asimetría terapeuta-paciente y,
comparativamente, para provecho conjunto de terapeuta y paciente intercambiando
información útil para la inserción del migrante y formación del terapeuta y facilitando en
el transcurso el proceso de elaboración del allá y el aquí.

Como terapeuta no tengo miedo de NO saber ni ante « mi » paciente ni ante mis colegas ;
es màs, estoy muy en claro que hay tantas cosas que no sé, y aun que no sabré nunca sobre
la cultura del otro.

Y el paciente « debe saber » también eso del psicoterapeuta y de ella/él mismo.
Lo que, en mi experiencia, creo que « no se debe » es creer que porque uno utiliza ciertos
términos o conoce ciertos usos y costumbres del otro « inmigrado » o de su país, uno ya
« está en contacto » con el otro y entonces utilizar metáforas o sobreentendidos de la
(presunta) cultura del otro –que la más de las veces, en mi percepción, responde a clichés
standardizados- , para « jugar al terapeuta intercultural » con lo que no resulta muchas
veces no ser mas que la exhibición de las propias vanidades de conocimientos que no pasan
de lo « very typical » y se crea una atmósfera de falsa familiaridad que deteriora la
autenticidad de toda la situación de un lado y del otro.

Si « se debe », « traducir » a nuestra propia -y sola posible « màquina de percibir ».....
discernir la clase de situación que el otro està viviendo y después buscar la manera en que
el otro la despliegue en sus propios términos y buscar las « soluciones » en conjunto de
percepciones y de términos. Es bien difícil y hay muchos fracasos y malentendidos.
Tampoco se puede saber « todo » sobre la legislación vigente y cambiante que puede
favorecer al inmigrante. El trabajador social y otros profesionales de « lo objetivo »en « lo
social » son más hábiles en eso y los mismos emigrados saben a veces màs que el propio
psicoterapeuta.

El trabajo en redes institucionales y de personas clave, suplementa y enriquece al clínico,
psicoterapéutico y al trabajador social y a los otros profesionales « objetivos » (abogados y
ciertamente favorece y complementa notablemente a los migrantes, sociólogos, periodistas
y otros) consultantes por « problemas psicológicos ».


Ricardo Caronni
Ginebra, Suiza, 20 de noviembre de 2005

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